Saca los ingredientes de la nevera para que se pongan a temperatura ambiente.
Precalienta el horno a 220 ºC, con el 25 % de vapor si tu horno lo tiene: humedad baja en AEG, Bosch intensidad 1.
Prepara un molde de magdalenas con 12 cápsulas de papel. Si parecen ser más grandes que el molde, no te preocupes, con el peso de la masa caerán en su sitio.
Pela y pica la fruta en trozos pequeños.
Pesa juntos la harina, la levadura, el bicarbonato, la sal y la canela y bate con unas varillas para mezclar bien.
Bate la mantequilla durante un minuto en un robot de cocina con pala amasadora, con una batidora de varillas o a mano con un tenedor, hasta que la veas cremosa.
Añade el azúcar y sigue batiendo un par de minutos más.
Añade los huevos, el yogur y el extracto de vainilla. Bate un minuto más.
Vuelca los ingredientes secos (harina, etcétera) sobre los húmedos y mezcla con una espátula y la mayor suavidad hasta que estén solamente combinados. Añade la leche y combina lo mínimo. Recuerda, no importa que haya grumos.
Añade la fruta y termina de mezclar. No te preocupes si hay grumos.
Rellena las cápsulas, trabajando deprisa ya que la mezcla pierde esponjosidad si se deja reposar. Quedarán casi llenas.
Si vas a poner el topping crujiente, mezcla los ingredientes y espolvorea. Puedes hacerlo solo en la mitad, como hemos hecho nosotros, si prefieres variedad.
Mete en el horno. Hornea a 220 ºC durante 5 minutos y a 180 ºC unos 15 minutos más o hasta que un pincho insertado en el centro salga prácticamente limpio, igual que un bizcocho.
Saca y deja entibiar unos minutos, lo suficiente para poder sacar los muffins del molde y transferir a una rejilla para que se terminen de enfriar.