Precalienta el horno a 220 ºC con un 25 % de vapor (humedad baja en los AEG y vapor intensidad 1 en los Bosch).
Lava bien la calabaza y, sin pelar, córtala en cuñas de un par de centímetros de grosor.
Aliña con el aceite de oliva y la sal y mezcla bien. Puedes añadir hierbas como tomillo o romero, o especias como comino, harissa o curry, según tu preferencia y el plato para el que la quieras usar.
Coloca las cuñas en una bandeja de horno, o en dos si es mucha cantidad. Es preferible no ponerlas muy juntas, para que puedan dorarse bien por todos lados.
Cuando el horno ya esté bien caliente, mete la bandeja y hornea unos 15-25 minutos, dependiendo del tipo de calabaza, del tamaño de los trozos... sabrás que ya está cuando los bordes se doren y notes al pincharla que no ofrece resistencia al cuchillo, sino que está muy tierna.
Sirve con su piel como guarnición o en ensalada, o pela con cuidado para incorporar a otros platos.